Las primeras imágenes se hicieron públicas a finales del mes de agosto. Varios barbos muertos flotaban sobre el cauce agonizante del río Guadiaro a su paso por el término de Casares.
«El río Guadiaro ha muerto», sentenciaron entonces desde la organización Verdemar Ecologistas en Acción, los mismos que difundieron las imágenes de este desastre ecológico debido -según ellos- no solo a la sequía, sino también a la mano del hombre.
«En el río Guadiaro se están llevando a cabo extracciones de agua sin control para riegos de frutos tropicales intensivos, sobre todo para el cultivo de aguacates» y eso estaría dejando al río sin agua y sin animales, explica a AZ Costa del Sol Antonio Muñoz, portavoz de la asociación ecologista.
Muñoz, que ha vuelto a comprobar hoy el deterioro del cauce, insiste en señalar el aumento de las plantaciones de aguacate como una de las causas principales. «Más de mil hectáreas» de estos frutos se extienden -según ellos- desde Gaucín a Casares. Algunas de ellas sustituyen a antiguos cultivos de naranjos, pero otras estarían ocupando irregularmente zonas de secano, asegura Verdemar.
Por esta razón los ecologistas han denunciado la situación ante la Fiscalía de Medio Ambiente y el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA). En sus denuncias piden además que se investigue expresamente a la comunidad de regantes del municipio de San Pablo de Buceite (en la provincia de Cádiz) por supuestos cortes irregulares del río en la Presa del Corchado para beneficiar a sus agricultores.
De momento, ninguna de las instituciones se ha pronunciado aún sobre las denuncias de Verdemar. Quien sí lo ha hecho ha sido el Ayuntamiento de Casares.
Como ha explicado a AZ Costa del Sol su concejal de Medio ambiente, Noelia Rodríguez, el Consistorio «está preocupado por la actual situación del río Guadiaro». Técnicos municipales se han acercado hasta la zona para constatar el daño ecológico por la falta de caudal. Sin embargo -argumenta-, «el Ayuntamiento no tiene competencias en este asunto», es la Junta de Andalucía quien debe determinar la causa de la muerte de los peces e investigar la posible relación, si la hubiera, con los cultivos de aguacates.
«Nuestra intención es llevar al próximo pleno una moción, que queremos que sea institucional, para pedir a la Junta que ejerza sus competencias e investigue lo ocurrido», explica Rodríguez quien se ha mostrado en nombre del Ayuntamiento dispuesta a colaborar para facilitar dicha investigación.
El río Guadiaro, que discurre por las provincias de Málaga y Cádiz, está actualmente considerado Zona de Especial Conservación. El deterioro del cauce además de provocar la muerte de los peces, también estaría afectando a las poblaciones de mejillones de agua dulce y caracolas acostilladas, «una especie protegida», aseguran desde Verdemar.