El equipo de Bioparc Fuengirola ha observado las primeras cópulas entre los ejemplares de tapires malayos –especie en peligro de extinción– que se encuentran en el parque. Mekong, el nuevo tapir macho que llegaba hace unas semanas al recinto ha mostrado una actitud positiva que ha facilitado todo el proceso de manera muy satisfactoria con Rawa, la hembra que ya se encontraba en el parque.
Desde Bioparc Fuengirola detallan en un comunicado que el sudeste asiático es un lugar de enorme biodiversidad, con una amplia variedad de flora y fauna; en este gran abanico de vida se encuentran algunas de las especies más peculiares del planeta y entre ellas, está el tapir malayo. Catalogado como ‘en peligro de extinción’, la población en su hábitat natural no supera los 2.500 ejemplares.
«Para lograr la recuperación de este amenazado mamífero es esencial la labor que desarrollan centros de conservación como Bioparc Fuengirola, el cual alberga a la especie desde 2003», señalan.
Hace unas semanas, el parque anunciaba la llegada de Mekong, un nuevo tapir macho que conformaba pareja con Rawa, la hembra que ya alberga. Tras un cuidadoso periodo de adaptación a sus nuevas instalaciones y a su nueva compañera, el macho ha demostrado una actitud positiva que ha facilitado todo el proceso de manera muy satisfactoria.
El éxito de este primer acercamiento ha favorecido que, tan solo unas semanas después de comenzar a compartir instalación, hayan tenido lugar las primeras cópulas entre esta pareja de tapires malayos.
«Una junta que, exitosa o no, supone toda una victoria en la conservación de una especie con comportamientos tan peculiares y de hábitos solitarios como es el tapir malayo. A estos rápidos acercamientos ha contribuido la ausencia de estrés, ello gracias a las condiciones y manejos desarrollados por los cuidadores, quienes garantizan en todo momento el bienestar de los animales», puntualizan desde Bioparc.
«En la naturaleza es el macho el que entra en el territorio de la hembra. Y aquí hemos intentado hacerlo igual. Al llegar a un espacio considerado como el territorio de esta, hemos simulado lo que ocurre en la naturaleza. Una tarea que seguimos respetando día a día, manteniendo una salida ordenada a la instalación exterior. Rawa siempre sale primero y tras dejarla un rato en su espacio, es el momento de Mekong», explica Antonio Garrucho, responsable de Zoología de Bioparc Fuengirola.
La introducción se realizó tras ver que el vínculo formado entre ellos, a través de los acercamientos, era favorable. Macho y hembra respondían de forma positiva a sus sonidos, olores y comportamientos, aceptándose el uno al otro.
Estos han sido respetados por el equipo, el cual han estudiado los componentes negativos o positivos que muestran en sus interacciones. «Por ejemplo, hemos prestado atención a sus vocalizaciones, observando unas doce diferentes. Entre ellas no ha habido ninguna que tengamos que relacionar con la agresividad y eso ha sido muy bueno».
El olor y actitud de la hembra es decisivo para una cópula exitosa
La llegada del momento de la cópula dependerá, en su mayoría, del comportamiento que manifiesta la hembra de tapir malayo. En algunas especies, los machos no tienen un periodo de celo concreto y esto también ocurre en estos mamíferos.
Es el olor de la hembra y ciertas actitudes las señales que detecte el macho que hagan que comience a prepararse para la cópula. Esta solo se producirá si la hembra está receptiva.