Casares ha tenido un papel destacado en el homenaje con la intervención del exalcalde Pepe Carrasco y el cante de Iván Tocón ‘Tomatito’. Como cada año el Ayuntamiento de Casares ha estado presente en este homenaje que se realiza a su hijo más ilustre, en esta ocasión representado por el alcalde, Juan Luis Villalón, la teniente de alcalde, Antonia Pineda y el concejal de Cultura, Andrés Morales, que han participado en la ofrenda floral realizada en este punto de memoria histórica.
El casareño Iván Tocón ‘Tomatito’ ha puesto la música con la interpretación de fandangos de Casares y el Himno de Andalucía por el mismo cante local.
Otro de los protagonistas del evento ha sido el exalcalde de Pepe Carrasco, que como último presidente de la Ruta Blas Infante, ha realizado una intervención junto al nieto de Blas Infante, Javier Delmás.
Por su parte, Antonio Manuel, patrono de la Fundación Blas Infante, ha conducido el homenaje en el que han estado representados otras personalidades relacionas con la recuperación de la memoria histórica del Padre del Andalucismo. Entre ellos los ayuntamientos de la Ruta de Blas Infante cuyo objetivo es “apoyar el orgullo del andalucismo universal desde su historia hasta el presente y futuro a partir de las enseñanzas de Blas Infante”
En la entrega floral han participado, el alcalde Juan Luis Villalón y el concejal de Cultura, Andrés Morales han dejado un ramo en nombre del Ayuntamiento, Pepe Carrasco en nombre de la Ruta de Blas Infante, de la que es presidente en funciones, mientras Antonia Pineda y Silvia Pineda lo han hecho en nombre de IU Casares.
Blas Infante fue fusilado en la carretera de Sevilla a Carmona a manos de las tropas golpistas en la madrugada del 10 al 11 de agosto de 1936. Le aplicaron el llamado ‘Bando de Guerra’, pero las ideas que defendía Infante eran plenamente legales en el momento en el que fueron a por él a su casa, lo secuestraron y le pegaron dos tiros.
El franquismo juzgó y condenó a muerte a Blas Infante tres años después por actos que no eran delito cuando lo mataron: lo acusaban de haber participado en las elecciones de 1932, una sentencia que aún no ha sido declarada ilegítima, radicalmente nula e injusta.