Una novedosa técnica con empleo de instrumental de Rayos X ha conducido a la Policía Nacional al hallazgo de un cadáver emparedado, en el interior de un cajón mortuorio repleto de cal, en el ático de Torremolinos (Málaga) que había sido la última residencia conocida de Sibora, una joven de origen albanés y nacionalidad italiana, cuya desaparición fue denunciada en 2014, por su expareja sentimental, un ciudadano italiano de 45 años, ahora en prisión por el reciente asesinato de otra mujer en la localidad malagueña.
Hasta el momento, el cuerpo sin vida, en apariencia de una mujer, está pendiente de identificación y se trataría de una muerte violenta, ha indicado la Policía Nacional en un comunicado.
Así, la Policía Nacional practicó este martes por la noche un nuevo registro en el domicilio de la zona de El Calvario, en Torremolinos, en busca de indicios que aportasen información relevante sobre el paradero de Sibora, una vez que su ex pareja resultase detenida el pasado 17 de mayo por el homicidio de Paula, que acaba de romper la relación sentimental.
Estas pesquisas se iniciaron a raíz de que el hombre dijera a los agentes que lo custodiaban, de manera espontánea, que la desaparecida «estaba enterrada en el ático donde viví con ella», aunque luego no lo ratificó en presencia letrada, ni tampoco en sede judicial.
Desde aquel momento, agentes adscritos a Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena centraron la investigación en el piso de El Calvario, donde, inicialmente, se practicó una primera diligencia de entrada y registro en la vivienda, contando con la colaboración del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT), que emplearon densímetros y microcámaras entre las paredes del inmueble, aunque sin resultado positivo.
Al registro inicial, se sumaron dos nuevas inspecciones oculares de la Policía Científica ante la sospecha de la utilización de alguna sustancia abrasiva por parte del investigado para la eliminación de pruebas.
Continuando con las pesquisas, este pasado martes los investigadores solicitaron la colaboración de agentes adscritos a Sistemas Especiales de la Subdirección General de Logística e Innovación, que pusieron en práctica una novedosa técnica con instrumental de Rayos X en una nueva búsqueda en la vivienda.
ANOMALÍA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA DE LAS PAREDES
La pericia de los agentes les llevó a centrar sus esfuerzos en una estancia de la vivienda en la que se había detectado una alteración en la construcción de una de las paredes.
Así, con la finalidad de obtener más información sobre dicha variación, se comparó este espacio con la vivienda colindante, pudiendo observar que en el lugar correspondiente se había construido un armario, hueco que no existía en la casa objeto de registro.
Con la total colaboración del propietario y los moradores actuales de la vivienda, se procedió a demoler el muro, localizando tras el mismo un gran cajón de madera de aglomerado.
Una vez completado el derrumbe de la pared, se levantó la tapa de la caja, pudiendo comprobar que el interior estaba repleto de cal, despidiendo un fuerte olor a esta sustancia. De las primeras observaciones, se pudo distinguir la existencia de una bolsa de plástico sobre el montón de cal, la cual contenía un cuchillo con restos de sangre seca.
UN RAMO DE FLORES SOBRE EL TORSO DEL CADÁVER
A continuación, se procedió a extraer la cal con sumo cuidado, apareciendo enterrados bajo la misma diferentes objetos que podrían haber pertenecido a la desaparecida y un ramo de flores sobre el torso de un cadáver, que se hallaba en el interior de un saco de acampada.
Tras proceder a su apertura, los agentes hallaron un cuerpo envuelto en bolsas de plástico, las cuales, una vez retiradas, dejaron a la luz un cadáver completo, en condiciones de ‘saponificación’, si bien podía intuirse que se trataba de una mujer.
Finalmente, se procedió al levantamiento del cadáver, siendo trasladado al instituto anatómico forense para la práctica de la autopsia este miércoles. El cuerpo sin vida está pendiente de identificación. De la investigación, que continúa abierta y bajo secreto sumarial, entiende el Juzgado de Instrucción número 3 de Torremolinos.