Casares es un municipio singular con dos partes muy diferenciadas. Por un lado, Casares pueblo es característico por el encalado blanco de sus casas, sus calles estrechas, su historia que forma parte de la patria andaluza, sus senderos y sus montañas. Por otra parte, tiene sus playas tranquilas donde poder bucear, pasear o ver una puesta de sol. Una mezcla que hace de Casares un lugar único y de acuerdo con Víctor Román «es uno de los mejores pueblos para hacer turismo de aventura».
Víctor Román, dueño de ‘Aventura Casares’, promueve el turismo de aventuras en el municipio. Habla sobre Casares como un enclave singular en el que puedes disfrutar de la montaña realizando actividades como una vía ferrara, escalada, tirolina, bicicleta, ruta senderista o conocer el refugio de Sierra Crestellina. Por otra lado, en la costa, puedes disfrutar de buceo, paddle surf y surf, cuando hay olas.
El turismo de montaña en Casares
Casares son sus montañas, el verde infinito de sus sierras, el volar de sus aves. Casares es naturaleza, es aire puro. Por esto, el turismo de aventura ha cogido fuerza en Casares.
Un recorrido en tirolina en el que Casares te deslumbra sobre un entorno que no deja indiferente a
nadie. La tirolina tiene unos 300 metros de longitud y 90 metros de altura que recorre el municipio en menos de un minuto. Los atrevidos que la prueban podrán observar el Peñón de Gibraltar, el Valle del Genal y el Valle del Guadiaro; mientras que a la derecha estarán contemplando el blanco pueblo casaren.
Este vuelo en tirolina comienza a la entrada de Casares cerca del Puerto de la cruz en el Paseo Panorámico conocido como ‘El Chaparral’ y finaliza en ‘Las Peñuelas’ al final de la calle Molinos. Todas las personas que quieran puede viajar a bordo de esta tirolina con un peso superior a 40kg y no sobrepasar los 110kg.
Si te gusta la adrenalina, no te puedes perder los dos recorridos de las vías ferratas. Situadas en la pared caliza del Tajo de la Planá, suman 180 metros que están compuestos por tramos de escalada, pasos y puentes monos, entre otros retos que hacen que la experiencia te suba las pulsaciones.
La vía ferrata es un itinerario tanto vertical como horizontal en el que vas equipado con diferentes materiales. Está compuesto por peldaños en los que ir progresando amarrados a un cable común. La de Casares, nos cuenta Víctor, «tiene tramos de travesía verticales, pero también horizontales. Una de ellas tiene un puente mono divertido de unos 15 metros. Continuando con una zona vertical y, por último, un puente mono más cortito de 8 metros». Durante el recorrido se puede disfrutar de unas vistas que hablan por sí solas de la costa malagueña, en la que se puede apreciar el Peñón de Gibraltar y África.
Ambas vías están calificadas de baja dificultad, aún así es necesario tener preparación física para realizarla. Antes de realizar la travesía y, para que las personas se preparen los protocolos de seguridad para poder ambas vías ferratas, hay una zona de práctica para descubrir si son capaces de realizar.
El turismo de aventura no tiene edad, lo único que se necesita es curiosidad de explorar un territorio de una manera diferente, además eso sí, de tener Iago de resistencia física: «Hay personas con 65 años que han hecho la vía ferrata».
El refugio de la Sierra de Crestellina es uno de los lugares más desconocidos del turismo activo. Se trata de un refugio en el que se pueden albergar hasta 10 personas, se reabrió al público hace menos de un año, pero los pocos datos que se han podido conocer de este sitio tan peculiar es que su última reforma se hizo alrededor del año 97 para hacerlo un refugio más grande.
A este lugar solo se puede acceder de dos formas, a pie o en bicicleta, ya que se encuentra en un enclave maravilloso, que lo hace mucho más especial. Una vez que entras en la Sierra de Crestellina te contagias de aire puro que se respira y del verde de su alrededor. Se trata de un caserón de dos estancias, con la cocina y chimenea y luego otra habitación grande que tiene las 5 literas dobles, 10 camas. Es una sierra preciosa con vistas increíbles a Casares y Sierra Bermeja. Lo que el turista va a encontrar es la tranquilidad absoluta que está en plena naturaleza, se puede dedicar a hacer senderismo, bicicleta de montaña o simplemente pasear y respirar aire puro.
Además, en Casares, hay 11 rutas senderistas en las que disfrutar de todos los rincones que tiene la naturaleza del municipio. Estas rutas se pueden realizar a pie o bicicleta. Existen para todos los públicos desde poca dificultad hasta media y alta.
El turismo de Costa Casares
Casares también son sus playas, sus aguas tranquilas y cristalinas en las que puedes bucear y practicar deportes de agua.
Casares es un paraíso para los amantes del paddle surf. Sus aguas cristalinas y su suave oleaje hacen que sea el lugar ideal para disfrutar de estas actividades acuáticas. Es una forma divertida de explorar la costa, mientras practicas ejercicio y disfrutas del paisaje. Desde la Torre de la Sal, una antigua torre vigía construida en el siglo XVI, puedes disfrutar de una vista impresionante de la costa mientras navegas en tabla
Este es el cuarto año en el que se lleva trabajando el paddle surf en Costa Casares, aunque es una idea que Víctor ya llevaba tiempo pensando. Este municipio es uno de los pocos que tienen una escuela de paddle surf municipal «Abrir el deporte del paddle surf es una actividad cara, pero ahora es más accesible al abrirlo a todos los habitantes del municipio». Actualmente cuentan con 80 alumnos pequeños y adultos a los que se enseña a practicar paddle surf, pero también técnicas de viento del marea, de disciplinas como el surf, el bodyboard o snorkel para que aprendan sobre la fauna marina del municipio.
Por su parte, el buceo es una actividad que permite descubrir la belleza submarina de la costa de Casares. Sus aguas son ricas en vida marina y poseen una gran variedad de especies.
En definitiva, la costa de Casares es un lugar privilegiado para disfrutar del paddle surf, el buceo y otras disciplinas que te permitirán adentrarte en el fascinante mundo del mar Mediterráneo.