Las autoridades sirias han informado este lunes de que al menos 237 personas han muerto y más de 630 han resultado heridas después de que se haya producido un terremoto de magnitud 7,4 en el sur de Turquía, cerca de la frontera con Siria, seguido de numerosas réplicas.
Un portavoz del Ministerio de Sanidad de Siria ha indicado que el balance, que es provisional, incluye víctimas de varias ciudades como la capital, Alepo, en el norte del país; Hama, a 140 kilómetros hacia el sur de la capital; o Latakia, en el oeste, según ha podido saber la agencia de noticias Sana.
Además, se ha implementado un plan general de emergencia y abastecimiento en los lugares afectados, mientras que se han enviado equipos médicos, incluidas ambulancias y clínicas móviles, de varias regiones.
Las autoridades del país han señalado que hay varias decenas de edificios residenciales, ubicados en varios barrios, que se han derrumbado como consecuencia de los seísmos.
El presidente de Siria, Bashar al Assad, está presidiendo en este momento una reunión de emergencia del Consejo de Ministros para discutir los daños del terremoto.
Por otro lado, el director general del Centro Nacional Sísmico, Raed Ahmed, ha explicado a Sana que este terremoto es «el más fuerte» desde 1995, cuando se instaló la red nacional de monitoreo sísmico.
Con todo, el Ministerio de Defensa del país ha anunciado la movilización de todas sus unidades, formaciones e instituciones en todas las gobernaciones para brindar ayuda inmediata y asistencia urgente a las personas afectadas.