Enrique Salvo, director de la Cátedra del Cambio Climático de la UMA, ha afirmado que en Málaga podrían evitarse medio millar de muertes si se contara con la cantidad de zonas verdes recomendadas por la OMS.
Salvo ha clausurado el seminario “Los efectos del cambio climático a nivel global y local” que durante estas jornadas ha abordado los efectos que esta problemática con una ponencia sobre los retos de la planificación urbanística ante la crisis climática dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga, organizados por su Fundación General (FGUMA) en Marbella.
El experto se ha referido precisamente a esta medida como una de las soluciones más eficientes de cara al futuro en cuanto a la lucha contra el cambio climático; que además de las consecuencias devastadoras que tiene para el medioambiente, también afecta a nivel social generando un elevado número de muertes evitables vinculadas directamente al cambio climático.
Salvo ha aportado datos al respecto en sus conclusiones finales: “Si tuviéramos las zonas verdes que actualmente recomienda la Organización Mundial de la Salud, que se sitúa en nueve metros cuadrados por habitante, estaríamos evitando en torno a quinientas muertes en Málaga por contaminación acústica y atmosférica”; ha comentado para concienciar de la gravedad de la situación actual.
Fenómenos naturales
En este sentido, el director del seminario ha vaticinado un futuro difícil, apoyándose además en la cantidad de fenómenos naturales que nos afectan hoy día y que según sus estimaciones van en ascenso progresivo.
“Vamos a tener que acostumbrarnos a sequías, lluvias torrenciales, olas de calor con noches tropicales, incendios, vendavales y más calimas. Todo esto ya está ocurriendo y no es normal”, ha resumido, refiriéndose al último episodio de calima vivido en Málaga en marzo; un hecho insólito del que para obtener referencias anteriores parecidas hay que remontarse al siglo XVII.
Para aminorar estas secuelas, Salvo aboga por apostar por una planificación territorial ordenada y sostenible; poniendo a Marbella, la sede de realización de este curso, como paradigma de estrategias de mitigación y adaptación contra el cambio climático.
Además, ha comentado las líneas de trabajo que están desarrollando desde la Cátedra que lidera, que pasan por impulsar sistemas para capturar CO₂ y en profundizar los estudios en bioclimatismos, con el objetivo de dar a las familias un decálogo para la adaptación climática de las viviendas que se traduzca en un consumo menor de energía.
Fuente: costadelsol.eco