Su nombre es Eduardo Muñoz Centeno, nació en Manilva y con tan solo 25 años ya ha sido ordenado Sacerdote, convirtiéndose así en el más joven de toda la Diócesis de Málaga. Su vida ha estado ligada desde muy pequeño a la parroquia de Santa Ana, en Manilva, donde siempre se involucraba en todas las actividades y colaboraba junto a la cofradía. A los diez años recibió su primera comunión y seguidamente fue monaguillo en el pueblo hasta cumplir los 18 años.
Fue en su pueblo donde comenzó a desarrollar y vivir su religiosidad, llegando a pasar más tiempo muchos días en la Iglesia de Santa Ana que en su propia casa: «Esta parroquia ha sido para mí mi segundo hogar, había épocas como Semana Santa que pasaba más tiempo aquí que en mi casa«, afirma el joven a AZ Costa del Sol.
En su infancia, Eduardo sentía que además del día a día de cualquier niño también tenía un especial compromiso con la religión: «Lo primero era el Señor. Recuerdo que tenía un cumpleaños y venía antes a misa y luego me iba a la fiesta«, detalla. Al mismo tiempo, siempre ha tenido bastante claro sus estudios y en qué quería formarse profesionalmente: «Yo quería estudiar Historia, siempre lo he tenido bastante claro, nunca había pensado en ser sacerdote», detalla Eduardo.
Y así fue, se matriculó en el Grado de Historia en la Universidad de Málaga y realizó el primer curso donde obtuvo excelentes notas. Sin embargo, con el transcurso de los años y la vivencia de varias experiencias religiosas, Eduardo cambió el rumbo de su vida e inició un nuevo camino que culminó ordenándose como sacerdote: «El Señor insistió, me marcó un camino que me llevó al seminario y a plantearme la vocación sacerdotal«, afirma.
Recuerda con especial importancia la experiencia que vivió el 25 de enero de 2015. El párroco de Manilva le pidió que le ayudara a dar la comunión ya que ese día tenía que celebrar la misa en otro municipio. Un momento que marcó un antes y un después en su experiencia espiritual: «Fue un momento muy emotivo. Cuando tuve al señor entre mis manos se me saltaron las lágrimas y me hizo preguntarme si me estaba pidiendo que diese un paso más«, explica con emoción.
Años más tarde, mientras cursaba el Grado de Historia, comenzó a recibir un curso dirigido a jóvenes que asistían planteándose la vocación sacerdotal. Fue al terminar esta formación cuando Eduardo tuvo claro su decisión: Ser sacerdote.
Después de seis años formándose en el seminario, el pasado domingo Eduardo Muñoz fue ordenado como sacerdote en la Catedral de Málaga. Un acto muy emotivo al que acudieron muchos vecinos de Manilva y el alcalde Mario Jiménez.
A todos los vecinos y vecinas, Eduardo agradece enormemente su apoyo: «Solo puedo tener palabras de agradecimiento al pueblo. Ellos me han visto crecer tanto físicamente como espiritualmente y siempre me han acompañado en todos los pasos que he dado», declara con emoción.
El próximo sábado 2 de julio en la Iglesia de Santa Ana, Eduardo celebrará su primera misa solemne y dará las gracias por el apoyo en todos los años de formación en el seminario a sus amigos y familiares y a todo el pueblo de Manilva que le ha acompañado desde niño en su camino espiritual.