El verano está a la vuelta de la esquina y con él las altas temperaturas que, desde hace ya unas semanas, marcan los termómetros de la Costa del Sol. El destino más demandado en todos los municipios costeros suele ser la playa. No obstante, para los que busquen alejarse del bullicio y prefieran pasar sus vacaciones en un entorno relajante y tranquilo, sepan que existe una alternativa perfecta para refrescarse en plena naturaleza: Las charcas y piscinas naturales que se esconden en el interior de los municipios de la Costa del Sol. A continuación, le presentamos una guía de los espacios más populares que se pueden encontrar en Manilva, Casares, Estepona, Istán y Benahavís.
Baños de la Hedionda, en Casares
Cada vez más popular y visitado por los turistas, estas aguas naturales son uno de los hitos históricos del macizo de la Utrera. Se encuentran en el municipio de Casares y su peculiaridad radica en ser unos baños sulfurosos que han sido aprovechados por el hombre desde tiempos históricos. No solo las aguas sulfurosas tienen funciones curativas sino que además existe un barro, que se extrae de la pared, que tiene grandes beneficios para la piel.
De hecho, según cuenta la leyenda, Julio César visitó estas termas para curarse junto a sus tropas antes de pelear contra Pompeyo.
Este espectacular lugar goza de una situación geográfica idónea, y es que se encuentra en el paso del Río de Manilva. A su alrededor, existen otras dos charcas que pueden visitarse realizando la ruta del río para darse un chapuzón y disfrutar de unas visitas y un paisaje rocoso diferente y accesible para todos. En la época estival es necesario hacer reservas a través de la página web del Ayuntamiento de Casares.
Charca de la Paloma, en Manilva
Es la primera de las pozas del Río Manilva que se encuentra desde la ruta de los Baños de la Hedionda. Una vez realizada la primera parada en los baños, se puede continuar la ruta en paralelo por el río. Cuando el sendero vadea a la derecha, si se continua por el cauce, se llega a otra de las paradas imprescindibles: la Charca de la Paloma. Se reconoce fácilmente ya que es una acequia tallada en la pared rocosa. El punto a medio camino de la siguiente charca ideal para refrescarse y coger fuerzas.
Charco del Infierno, entre Manilva y Casares
Después del baño en la Charca de la Paloma, se llega a úlitmo destino de la ruta. Pese a que el trayecto desde los baños de la Hedionda no es muy largo (1,5 km aproximadamente), llegar hasta esta charca requiere de cierta habilidad para progresar por los canchales. Eso sí, el esfuerzo merece la pena cuando se alcanza esta idílica poza, encajada en un barranco rodeado todo de rocas.
Sobre el charco además pende una maroma para poder balancearse. Se trata de una charca bajita, no suele cubrir a un adulto, por lo que también puede ser un destino familiar. Asimismo, en el periodo estival se habilita un aparcamiento para realizar a pie el trayecto hasta los baños de la Hedionda.
Charca de las Nutrias, en Estepona
El cuarto destino de esta guía se encuentra en Estepona, en el Río Castor. El acceso es por la A-7, tomando la salida 160 dirección «Viveros Estepona», por el camino de la Albertina. Tras recorrer 3,5 km se llega a una explanada donde poder dejar el coche. Esta charca se encuentra en un espacio contorneado por laderas cubiertas de un pinar de resineros y cerramiento de mármoles blancos por donde se escapa el agua en una pequeña cascada que alimenta esta amplia charca.
Un dato curioso es que su nombre, la «Charca de las Nutrias» le viene por la presencia de este mustélido. Esta poza cubre en las zonas centrales y es peligroso saltar desde las paredes laterales. Eso sí, la única zona para apostarse es la orilla central y hay que tener en cuenta que no suele haber sombra, lo que hace que el sol incide casi todo el día, por lo que no hay que olvidarse la crema solar en casa. Si se sigue el río por el propio cauce se encontrarán otras charcas naturales.
Charca de la Extranjera, en Estepona
Continuando en el municipio de Estepona, junto al Río Padrón se encuentra otra de las charcas más populares: Charca de la Extranjera. Desde el vado del río hasta la poza, median casi 300 m que se recorren por el propio cauce. En este tramo el río no cubrirá en ningún momento y se puede avanzar saltando de piedra en piedra sin mojarse. La charca se encuentra cortejada por pequeños cantiles entre los que se abre paso la corriente. Uno de los puntos más llamativos de este enclave, es la gran belleza de las aguas que reflejan un intenso color verde.
Charca del Canalón, en Istán
Este paraíso de aguas cristalinas, cascadas y piscinas de rocas escondidas se encuentra en el Río Verde, Istán. Aunque se trata de un destino desconocido, los visitantes aseguran ser uno de los enclaves más espectaculares para disfrutar de un chapuzón en plena naturaleza: «La Charca del Canalón es, sencillamente, un paraíso», comparten los visitantes a través de foros. Es además un plan recomendado para familias que buscan un día de picnic y relax.
Charca de las Mozas, en Benahavís
Se trata de tres piscinas naturales ubicadas en Benahavís muy popular entre jóvenes locales y familias. Es de gran profundidad, por lo que muchos aprovechan para lanzarse desde las rocas que se sitúan a una mayor altitud. Además, se puede hacer un descenso por el cañón del Guadalmina, algo recomendado para los que tengan los equipos necesarios. Esta travesía tiene una duración de dos horas y su regreso puede hacerse a pie por la pasarela peatonal que discurre en paralelo a la carretera.
La visita a estas charcas en verano se trata de un plan alternativo a los días habituales en las playas de la Costa del Sol. Rodeados de un entorno natural espectacular, estos espacios son cada vez más recurridos en estas fechas, ya que muchas de estas charcas tienen un fácil acceso, lo que permite pasar un día estupendo con la familia y amigos disfrutando de la naturaleza.