Desde estrellas de Hollywood, a líderes mundiales o miembros de la realeza, el paseo de la fama del Tablao Flamenco Ana María está plagado de nombres conocidos: la Princesa Margarita, Sydney Poitier, Anthony Perkins, los Kennedy, Camilo José Cela, Pelé, Antonio Banderas.
Lo fundó en 1966 la bailaora Ana María Moya en una plaza recoleta, la plaza del Santo Cristo, junto a la ermita del mismo nombre, en pleno casco urbano de Marbella. Desde entonces esta casa de fachada radiante y amarilla se convirtió en punto de encuentro y diversión de los años dorados de la ciudad y sirvió de escaparate para numerosos cantaores, bailaores y guitarristas.
Cuando Ana María se jubiló, Manuel Mateo «el chato», artista del tablao, y su mujer Isabel Gago tomaron las tiendas del negocio que pasó a llamarse Tablao Ana María-Los Chatos. El matrimonio mantuvo su actividad artística durante más de veinte años, pero llegó 2020 y la misma pandemia que vació las calles de turistas, les dio el golpe definitivo. La pareja no pudo hacer frente a los gastos del alquiler, que en una zona tan cotizada superaba los 1.900 euros al mes. Fue entonces cuando recibieron la orden de abandonarlo.
«Todo ha sido por culpa del maldito virus, no venía nadie, no podíamos pagar ni siquiera a los artistas. Para sacar algo de dinero nos pusimos a hacer un arroz todos los sábados en la plaza, los vecinos venían y colaboraban pero eran muchos gastos: el alquiler, la luz, el agua, la basura, el ibi. Solo para pagar a los artistas necesitábamos unos 400 euros», cuenta a AZ Costa del Sol Isabel Gago, «la chata».
El Tablao Ana María-Los Chatos, el más antiguo de la ciudad, con medio siglo de historia, ha seguido funcionando hasta hace un mes, el 6 de mayo se produjo el cierre. Ahora el edificio está en venta y los vecinos de Marbella temen que acabe convirtiéndose, como está pasando con no pocos edificios del centro, en un hotel boutique o un bloque de apartamentos turísticos. Por eso se han puesto a recoger firmas.
«Yo llevo viviendo desde hace treinta años enfrente de ellos y me parece horrible que desaparezca. Este lugar es conocido en el mundo entero, es el único tablao que existe de verdad aquí. Han venido princesas, actores famosos. Es patrimonio», explica a AZ Costa del Sol Malú Huertas, vecina e impulsora de esta iniciativa.
A través de un manifiesto que está haciendo circular entre los vecinos expresa su «preocupación por la perdida de identidad cultural de la ciudad y el progresivo abandono de sus plazas y calles más emblemáticas, en beneficio de una sobreexplotación de viviendas turísticas, con la temida gentrificación y turistificación, propias de otras ciudades costeras».
Los vecinos piden al Ayuntamiento de Marbella que intervenga y rescate el edificio -no tanto por su valor arquitectónico, sino por su valor sentimental y singular-. Piden al gobierno municipal que adquiera el inmueble y lo restaure, bien para mantener su uso como tablao o como museo del arte flamenco.
«Necesitamos que el Ayuntamiento se haga cargo inmediatamente, el flamenco es Patrimonio de la Humanidad y el Tablao Ana María-Los Chatos es la cuna del flamenco en Marbella», insisté Malú Huertas.
De momento, unas 200 firmas han dado su respaldo a la iniciativa.