Las últimas lluvias caídas en la Costa del Sol trajeron un importante alivio para los pantanos asfixiados durante meses por la sequía, sin embargo sus efectos en la Sierra Bermeja no han sido tan positivos.
Investigadores del Centro Ibérico para la Investigación y Lucha contra los Incendios Forestales han confirmado que las fuertes escorrentías arrastraron ladera abajo toneladas y toneladas de tierra, esto ha significado «una pérdida importante de suelo», sobre todo en las zonas más afectadas por el incendio de 2021 que arrasó casi 10.000 hectáreas de terreno.
Los resultados de la erosión -dicen los expertos- se diferencian en función de si se trata de una zona de alta severidad, es decir, donde el fuego fue mucho más intenso, o de baja severidad, donde los daños fueron más leves. En ese sentido, en las zonas de alta, se han llegado a perder hasta 20 toneladas de suelo por hectárea.
En cuanto a las zonas de baja severidad, la erosión ronda entre las cinco y seis toneladas por hectárea. Con estos datos preliminares obtenidos en tres parcelas grandes -50 metros cuadrados- y tres pequeñas -un metro cuadrado-, los investigadores tratan de crear modelos de erosión para extrapolar los datos al conjunto de la sierra.