El aceite de girasol es uno de los productos de consumo diario que más se está viendo afectado por la guerra de Ucrania y, ejemplo de ello, es la limitación interpuesta para su venta por las grandes cadenas de supermercados de este país.
Y, aunque los especialistas llaman a la calma y aseguran que el abastecimiento está asegurado, la huelga de transportistas que los últimos días está acaparando los telediarios, hacen que ya se busquen sustitutos a los que podamos acceder más fácilmente.
Es en este contexto en el que se ha resaltado la existencia del aceite de orujo de oliva. Fue el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el año 2020, como si de una premonición se tratase, el que resaltase de alguna manera las propiedades de este aceite muy equiparables a las que dispone el aceite de girasol.
Según el estudio del CSIC, llevado a cabo por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición: “el aceite de orujo de oliva resulta idóneo para freír por sus propiedades, duración y rentabilidad”. Además, añaden que “su calidad lo hace idóneo para utilizarlo en un mayor número de frituras que el resto de aceites sin alterar las propiedades de los alimentos”.
De manera que se podría decir que, este desconocido de los consumidores, podría convertirse en el sustituto ideal del aceite de girasol. De hecho, la venta del aceite de orujo de oliva en España ha crecido un 28% con respecto al año anterior, según la Asociación Industrial de Envasadores y Refinadores de Aceite Comestibles.