Buen sabor de boca el que dejó el CAB, Estepona, Jardín de la Costa del Sol este fin de semana en su casa, a una semana del inicio de la competición liguera cuando, por fin, valdrán los resultados y no solo las sensaciones y el trabajo hecho sobre la pista. Las locales se mostraron intratables desde el primer minuto de partido, sacando mucha ventaja con su juego interior en cada acción que la buscaban y pudiendo rotar mucho y probar diferentes sistemas, tanto ofensivos como defensivos.
Marcaba el ritmo del encuentro en ambos lados de la cancha el CAB, Estepona, Jardín de la Costa del Sol en el inicio de partido, dejando muy claro que la intención era defender y tratar de salir corriendo, incluso con las jugadoras interiores como punta de lanza en el contrataque, logrando un 6-0 en menos de tres minutos que obligaba a Jesús Lázaro a pedir tiempo muerto, pues el tiro abierto de María Torreblanca, que comenzó con tres errores en el lanzamiento, parecía ser la única idea ofensiva de las capitalinas.
Lograba encontrar alguna opción en ataque más Unicaja, pero en defensa eran incapaces de frenar la ofensiva esteponera y un triple de Marina Markovic ponía la que hasta entonces era la máxima ventaja (16-4) antes de llegar al ecuador del primer parcial. La maquinaria de relojería trabajada con mimo por Bea Pacheco comenzaba a verse y el equipo fluía sobre la pista y comenzaban a mostrarse como un bloque ordenado que sabe qué paso dar en cada momento. El juego interior de las locales no paraba de producir y las carencias en la zona de Unicaja, sin sus referencias del año pasado ni fichajes que la suplan, eran patentes. Al final del primer cuarto (27-8), Pocek, Markovic y Stamenkovic sumaban 19 tantos.
Aprovechó Unicaja que las locales no empezaron del todo concentradas en el arranque del segundo cuarto para recortar diferencias, lo que obligó pronto a Bea Pacheco a solicitar tiempo muerto ( 32-13 y dos tiros libres para Matoso tras 2’14” de juego), no porque el encuentro peligrara o la renta fuera corta, sino porque el trabajo y la intensidad son innegociables aunque se trate de pretemporada, y atrás, sobre todo, había que realizar ajustes. No fue el cuarto más visto en cuanto a juego, si bien se vieron algunos momentos en los que el balón volvía a circular como debían y los tiros llegaban, entraran o no. Con 2’30” para el descanso, y con 46-25 en el marcador, con el CAB, Estepona, Jardín de la Costa del Sol subiendo un punto la intensidad atrás y logrando robar balones detenía el partido Lázaro, si bien no sirvió para que su equipo redujera la renta, llegando al ecuador del partido con 48-27 en el marcador.
Aumentaba la diferencia tras el descanso, fundamentada en la superioridad interior, a pesar de no estar especialmente acertado el conjunto de la Costa del Sol en ataque, pero bastaba para que, casi coincidiendo con el ecuador del tercer cuarto, el marcador reflejara 57-30 tras un 2+1 de Pocek que a su vez hacía que Unicaja parara el partido, pues tan solo habían sumado una canasta de Matoso un tiro libre en lo que iba de periodo. Una defensa zonal, con tres jugadoras en edad de formación en pista muchos instantes y Masià jugando de ala-pívot dejó varios minutos al conjunto de Liga Femenina 2 sin ver aro y solo el desacierto desde la línea de 4,60 evitó que la renta llegara a la treintena de puntos antes: 62-32 con 2’42” por jugar.
Se entraba en el último cuarto con 66-35 en el luminoso del Pineda y el juego más desordenado que hasta el momento, lo que aprovechó Unicaja para cosechar un parcial de 0-11 en cuatro minutos (66-46). Fue Cases Rey, desde el tiro libre, la encargada de abrir el marcador particular del CAB, Estepona, Jardín de la Costa del Sol en el cuarto. Seis minutos tardó en llegar la primera canasta en juego, obra de Okafor en un contrataque (71-48), lo que permitió a las visitantes, que no bajaron los brazos, no salirse del partido a pesar de ver más de 30 puntos abajo. Una Marta Ortega muy activa en ambos lados de la cancha dio un aire diferente a Unicaja, mostrándose como la mejor de su equipo tanto en este encuentro como en el global de los dos días. Pasaron los minutos con el único objetivo de ver qué reflejaría el marcador al final del tiempo reglamentario. Victoria de las locales por 83-59, que alzaron el primer título de supercampeonas de Málaga.